Amphibia
Del griego ἀμφίβιος amphíbios. αμφι, amphi (‘ambos’) y βιο, bio (‘vida’), que significa «ambas vidas» o «en ambos medios»
Amphibia surge de la sensación de habitar siempre en las fracturas entre dos masas cualquiera de tierra. Aprender a moverse entre ellas haciendo de la grieta un hábitat permeable, luminoso, latente, cambiante, potencial y especial. Abrir vías. Parar. Conectar, sumar, cuestionar.
Se plantea como una investigación que parte de la acción para llegar a las preguntas. Viajar. Explorar una ciudad. Visitar paisajes urbanos, naturales, fronterizos. Poner el cuerpo a disposición del juego y la interacción. Permitir el error como parte indispensable del arte procesual y de la investigación.
Los interrogantes surgen desde la primera práctica: ¿cuánto nos afecta un paisaje? ¿cómo percibimos el lugar en el que estamos? ¿cuándo somos ajenos a él? ¿cómo nos influye la presencia del otro y de la cámara? ¿cómo gestionamos la incertidumbre? ¿cómo es nuestra toma de decisiones? ¿hasta dónde sostenemos una idea?
Después de una fase de estudio teórico sobre la relación del cuerpo con el espacio, surge la necesidad clara en mi trabajo de una vuelta al cuerpo y a la praxis.
- Amphibia parte del deseo, la acción y la lectura del paisaje.
- Las ideas y preguntas surgen de la práctica artística.
- La formalización del proyecto emerge del proceso de investigación.
- El cuerpo como lugar de pensamiento. El paisaje como interlocutor.
- El viaje y el movimiento como terreno de juego.
El trabajo con un grupo multidisciplinar – historiador, jugadora, músico, montañero, psicólogo, bióloga, topógrafo… – facilita un enfoque plural.
¡Gracias a todos los que estáis participando!